El Demonio de un Escritor
¿Has escuchado esa vocecita que te dice que hagas lo correcto? Yo soy aquel que te invita a hacer lo contrario. Te haré sentir bien al leer cosas malas. https://poetizer.com/book/7 Fecha de creación: 8 de noviembre 2020 🎓
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Hay tantas mujeres hermosas
y todas caminan con su ropa puesta
tacones y zapatos lavados
sus vestidos negros y
sus pantalones pegados marcando
cada pedazo de sus gigantes nalgas,
yo las miro,
entiendo que probada una
probada cualquiera
pero igual quiero más,
quiero envenenarlas a todas
destrozarlas, no sé si es amor u odio,
pero es así,
fumar y emborracharlas,
hacerlas probar todo de mí,
que las consuma este asolador vacío,
siempre al acecho,
las tenía a mi lado desnudas
sonriendo,
todas las mujeres,
siempre
sonríen.
Los hombres lo tenemos más difícil,
pero ellas,
ellas siempre tienen a un anormal
que quiere devorarlas
no les permiten estar solas,
su depresión es una estrategia de acecho,
esas piezas rotas que asumen tener
es una decoración,
saben que las locas nos encantan,
por eso ninguna entiende
los vicios, todas ven algo mejor
y caminan con sus medias cubriendo sus piernas
su ropa interior lavada, cubriendo su vagina,
ellas saben que no están solas,
por eso ríen, por eso son como son,
yo uso 3 días seguidos el mismo calzoncillo,
nunca me río en público,
mis medias a menudo están llenas de huecos,
nada cubre mi cuerpo,
pero mi cuerpo si me cubre a mí,
hay algo dentro de mí que si merece ser escondido,
aunque esté solo,
siempre tiene letras que lo acompañan
y es tan vanidoso como para expulsarlas,
tan egocéntrico como para que escriba en su nombre,
solo lo amo a el
por eso me hace odiar
a la compañía
la soledad
la ropa interior, las medias,
las cuchillas de afeitar,
las piernas depiladas,
las vaginas de mis mujeres
de las que no pueden serlo,
las uñas arregladas,
las sonrisas sinceras,
las mentiras,
el pelo recogido y peinado,
las ligas antialcohol,
antidrogas,
antifumadores,
los clubes de superación
y la fe de tener
un mundo en paz.
Vaginas afeitadas y blumer lavados
La demencia la miseria y otras virtudes
Rmegret
👍 2
No recuerdo la última vez que hablamos,
ya no sé si mis poemas te llegan
o si eres capaz de escucharme,
sigo escribiendo por las noches
con varios cigarros prendidos,
es como escribirle al viento.
Te extraño
no he parado de pensarte
incluso cuando no recuerdo quién eres.
La melancolía pasa
de afuera hacia dentro,
con los rayos de sol
y las personas subiendo las escaleras
mirando abajo,
los carros con sus tambores,
todo llega incesantemente
cómo si el dolor fuera pasajero,
han pasado unos meses
y vivo buscándote,
recreando tu mirada
tu estancia,
camino de aquí para allá
y no te encuentro,
no encuentro nada,
más que versos tristes
que no te conmueven
ni te convencen de regresar.
Rmegret
Melancolía
❤ 1
«Cuando, después de besarlo con todas sus fuerzas dos o tres veces, estrechándolo contra su cuerpo, lo soltaba, lo miraba y volvía a besarlo una vez más como si, habiendo alcanzado el "pleno" de la ternura (que acababa de lograr), decidiera que todavía le faltaba una medida y.[180] E inmediatamente después, apartándose, era como si ya no pensara en él ni en nada, e incluso lo miraba a veces con una expresión extraña, como si en ese momento él estuviera de más, perturbando el universo vacío, cerrado, restringido, en que ella se movía.»
El primer hombre
Albert Camus
Soy un árbol,
un pedazo de madera
cayendo lentamente,
miles de animales viven en mi interior
van alimentándose
subiendo poco a poco
a través de mis ramas
y el hueco de mi tronco;
susurran siempre,
riéndose,
burlándose del sueño.
Tengo pájaros anidados
que vuelan por ahí
cantando mis penas,
invitando a más animales,
les piden algo de comida
se preocupan un poco,
no dejan morir del todo esto,
es un trato
dónde yo los dejo estar
y no grito mucho cuando los invitados me muerden.
Los dejo salir
y volver a meterse,
hablamos un poco,
ellos me traen más huéspedes
para que su refugio no caiga del todo,
es ternura,
viviré por siempre
y ellos se alojarán
cada vez que vuelvan a nacer.
Rmegret
Árbol
❤ 3
Por lo demás, muchas cosas empezaban a separarlo del niño que había sido. Y si un día él, que hasta entonces había aceptado pacientemente que su abuela le pegara, como si eso formase parte de las obligaciones inevitables de la infancia, le arrancó el vergajo de las manos, súbitamente enloquecido de violencia y de rabia y decidido a golpear la cabeza blanca cuyos ojos claros y fríos lo ponían fuera de sí, y la abuela comprendió, retrocedió y fue a encerrarse en su cuarto, quejándose de la desgracia de haber criado a niños desnaturalizados, pero convencida de que nunca más castigaría a Jacques, a quien nunca más en efecto volvió a castigar, fue porque el niño había muerto en aquel adolescente flaco y musculoso, de pelo revuelto y mirada exaltada, que había trabajado todo el verano para llevar un sueldo a casa, acababa de ser designado portero titular del equipo del liceo y, tres días antes, había gustado por primera vez, desfalleciente, la boca de una muchacha.
Albert Camus
El primer hombre
Y comprendes
o intentas comprender
todo lo que miras,
tocas, escuchas y saboreas.
Caminas por esos paisajes
verdes o casi verdes
la mayoría marginados
repletos en nada,
puedes observar
el horizonte
cuando el universo
se abre de piernas
como una jinetera
barata pero incomprensible,
de las que te enamoran
solo por una hora,
una botella
o unos cigarros,
efectivas, sucias
y denigrantes,
solas en una esquina,
las calles están repletas
de puteros y rezagados,
hombres tristes que matarían por
un trago de ron
o un poco de cariño,
todos usan el transporte público
y todos se masturban,
buscan un sueño,
un motivo.
Igual a todos los ves
y a menudo no los comprendes,
y las viejitas con cara de asco
y los niños asustados
todos son iguales
vuelven a una casa
en una guagua
y comen y cagan
y rezan a dios
y miran las noticias.
Hay tanta soledad
y odio en este mundo
que todos intentamos escapar de el,
por eso inventamos las guerras,
el amor, la televisión,
las escuelas, las drogas,
el alcohol
y por eso engendramos la poesía,
por eso callamos
y por eso jugamos a gritar por la noche.
Hombres tristes y jineteras baratas.
Rmegret
La demencia la miseria y otras virtudes.
De paso, informo, voy a empezar a subir contenido pillo a Insta, así que si todo sale bien esta semana a lo mejor hayan sorpresitas. Así que vayan siguiéndome desde ya pa que no se lo pierdan.
Cormery se debatía ahora presa de angustia y piedad.[14] Miraba las otras lápidas del entorno y reconocía por las fechas que ese suelo estaba sembrado de niños que habían sido los padres de hombres encanecidos que creían estar vivos en ese momento. Porque él mismo creía estar vivo, se había hecho él solo, conocía sus fuerzas, su energía, hacía frente a la vida y era dueño de sí. Pero en el extraño vértigo de ese momento, la estatua que todo hombre termina por erigir y endurecer al fuego de los años para vaciarse en ella y esperar el desmoronamiento final, se resquebrajaba rápidamente, se derrumbaba. El viajero no era más que ese corazón angustiado, ávido de vivir, en rebeldía contra el orden mortal del mundo, que lo había acompañado durante cuarenta años y que latía siempre con la misma fuerza contra el muro que lo separaba del secreto de toda vida, queriendo ir más lejos, más allá, y saber, saber antes de morir, saber por fin para ser, una sola vez, un solo segundo, pero para siempre.
Albert Camus
El primer hombre