De acuerdo con la Cabalá, hay siete atributos emocionales principales, correspondientes a las siete sefirot inferiores: bondad (jesed), poder (guevurá), belleza (tiferet), etc., y cada uno de ellos incluye un aspecto de todos los demás: bondad dentro de la bondad, poder dentro de la bondad, belleza dentro de la bondad, y así sucesivamente. Por lo tanto, hay un total de siete veces siete aspectos o matices en el alma, y cada día de los 49 días del Omer debe dedicarse a rectificar uno de ellos. La semana y el día son como dos coordenadas que apuntan a un punto específico del alma, y durante la Cuenta del Omer, las usamos para mapear todo nuestro espacio interior con el fin de rectificarlo por completo.
Aquel que estudia las propiedades de las diversas sefirot en los libros cabalísticos y jasídicos desarrolla gradualmente un "sentido" de cómo usar cada día del Omer para rectificar el rasgo de carácter apropiado. Pero no es necesario ser un experto en Cabalá para dedicar este período a la superación personal. Todos, en cualquier momento, pueden sostener la pluma metafórica y comenzar a responsabilizarse de escribir la historia de su vida. Desde corregir "errores tipográficos" en nuestros patrones de comportamiento, pasando por pulir nuestro estilo de vida, hasta introducir un nuevo giro en la trama que podría llevar a reescribir capítulos enteros de nuestra personalidad, escribir la historia de nuestras vidas es nuestra tarea más importante, y el conteo de Omer es una oportunidad perfecta para invertir en ello más de lo habitual.
Cuando leemos un buen libro, nos dejamos llevar por su trama y sus ideas, llevados por la fluida corriente de las palabras hacia donde el autor quiera llevarnos. Mientras leemos, nos parece que el proceso de escritura también debe haber sido tan suave y natural como nuestra experiencia de lectura. Pero como sabe cualquiera que haya probado suerte en la escritura (o que se haya involucrado en cualquier otra forma seria de arte), la experiencia de escribir es completamente diferente de la experiencia de la lectura. Para que un pasaje fluya suavemente en el oído del lector, el escritor debe trabajar en formularlo y reformularlo, eligiendo hábilmente las palabras adecuadas, combinándolas y cambiando su orden, hasta que el resultado sea agradable al oído.
El mismo principio se aplica a la escritura de la historia de nuestras vidas: para ser personas rectificadas, con las que los demás estén contentos, debemos esforzarnos por mejorar nuestros rasgos de carácter como los autores se afanan en su mejor obra (y así como la huella de la buena escritura es que no sentimos el esfuerzo del escritor, así también nuestra mejora personal debe hacerse discretamente, lejos de los ojos de los demás).
Tómate un tiempo cada noche, después de contar, para resumirte a ti mismo tu comportamiento en el día que ha pasado y para encargarte de repararlo y mejorarlo al día siguiente. Lleve un diario que documente tu desarrollo durante el período de la Cuenta del Omer. De esta manera, cuando llegue Shavuot, serás capaz de traer a la luz un libro de "primicias", nada menos que ustedes mismos, revelados al mundo bajo una nueva luz.
"Luminosidad": preparación para la Entrega de la Torá
El conteo de los días a la sombra del duelo y el trabajo de construcción de tu carácter tienen lugar en un contexto más amplio y elevado: se mueven hacia un destino, hacia una luz al final del túnel que se hace más clara a medida que uno se acerca a ella. Esta luz es la festividad de Shavuot, que marca la entrega de la Torá, el día en que vimos y escuchamos la palabra de Dios.
La cuenta del Omer recrea el viaje de los israelitas desde Egipto hasta el Monte Sinaí, desde la liberación de la esclavitud hasta el umbral de un nuevo camino - el camino de la Torá, que también es el suyo. Recreamos este proceso cada año porque necesitamos someternos a él una y otra vez, cada vez a un nivel superior. Cada año debemos ser liberados, madurar y ser dignos de una "nueva Torá" adecuada a nuestro nivel.