🌱 Antropo Mundus ⬇️

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Venimos de culturas colectivistas cuyo valor primordial se basaba en crear fuertes vínculos sociales que en un futuro sean de respaldo. China, Japón, grupos étnicos de África o de Latino América... y esto de leer ahí a solas y escribir, era como que derrochar el tiempo. ¿Por qué? Pues por qué escribir un libro no va a estrechar vínculos con tu vecino; sin embargo, ayudarle a construir su casa o cuidar de su huerto, sí. Y cuando, desde mediados del siglo XIX, la cultura europea empezó a cultivar el derecho a la intimidad: se convirtió en un privilegio, y solo, de las personas educadas y adineradas (en su gran mayoría de hombres). "Soy tan rico que puedo dedicarme tiempo a mí mismo". Aparecieron las bibliotecas y clubes donde los hombres podían estar solos y escribir diarios, libros, o tratados. Pensar en todos los tratados que se han escrito desde la Ilustración. Solo Voltaire escribió como 2.000 obras. De hecho, en la década de 1880, las guías de enseñanza victorianas informaban de que un niño de 11 a 13 años de una buena familia debía pasar al menos dos horas al día leyendo y al menos una escribiendo. Así que poco a poco el privilegio de leer y escribir se convirtió en una norma social y empezamos a entenderlo como un derecho, cuando ese derecho es tan reciente como la pila eléctrica o la máquina de vapor. Aquí explicado: https://vm.tiktok.com/ZGJCA5yrY/

El derecho a la intimidad, ¿hace cuánto que existe? El género Homo sobrevivió gracias a estar siempre en un grupo, colaborar y sobre todo velar por la seguridad y supervivencia humana. Pero... esto de tener tu propia intimidad, leer un libro, y escribir... ¿Desde cuándo es tan común? Pues veamos.

Aquí explicado:🙊 https://vm.tiktok.com/ZGJC8bk9m/

¿Por qué es importante saber de los Acuerdos de Breton Woods? En 1970 el mundo estaba sumergido en cambios absolutamente increíbles. El mundo vivía en paz después de haber pasado la crisis de los misiles en Cuba, acababa de aterrizar Apolo 14 que había sido el punto que marcó el fin de la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética. La famosa e inolvidable canción de John Lennon - Imagine - había sido lanzada. La crisis del petróleo que bloqueó a todo el Viejo Mundo siendo la una de las mayores crísis del siglo pasado, que lo que evidenció es que mientras en Estados Unidos la gente hacía colas infinitas para poner gasolina, la Unión Soviética disfrutaba de un período de "estabilidad relativa". Seguramente os seguís preguntando, qué tiene que ver esto con los Acuerdos de Breton Woods. Pues veamos. Todo nace en el contexto de la post-Segunda Guerra Mundial donde la restauración económica era el objetivo principales de los Estados-nación. Se pensó en vincular el dólar a lo que se conoce por el estándar de oro. Es decir, la divisa del país empezó a tener una relación directa al oro. Esto es, el dinero de un país determinado se convertía en oro y se reservaba en oro. Sin oro, el país no podía imprimir más billetes y eso aseguraba una manutención económica estable. Pero para aquel entonces el país que más reservas de oro tenía era Estados Unidos porque gracias a la II Guerra Mundial y el suplemento armamentístico que enviaba, recibía la compensación en oro. Por ese motivo, se decidió a lanzar en New Hampshire la conferencia de Breton Woods para establecer un nuevo orden económico. En 1958, los Acuerdos entraron en su funcionalidad completa. En el sistema de Bretton Woods, el dólar estadounidense se convirtió en la moneda de reserva internacional. Los países fijaron el valor de sus divisas en relación al dólar, y el dólar pasó a ser la moneda para los intercambios comerciales y lo que implicaba eso para económicamente para Estados Unidos. Es decir, el oro guardado en Estados Unidos y vinculado al dólar americano como reserva internacional, implicaba que los países miembros debían mantener un tipo de cambio fijo con respecto al dólar, esto es depender del dólar, y debían intervenir en los mercados de divisas para mantener esa paridad. Sin embargo, con el tiempo, los desequilibrios económicos y la inflación en Estados Unidos debilitaron la posición del dólar como moneda de reserva. En 1971, el presidente estadounidense Richard Nixon suspendió la convertibilidad del dólar en oro, lo que llevó al colapso del sistema de Bretton Woods y a la adopción de un sistema de tipos de cambio flotantes. En resumen, la dependencia del dólar en el sistema de Bretton Woods se debió a la posición económica y política dominante de Estados Unidos en ese momento, así como a la confianza en la estabilidad y solidez de la economía estadounidense y del dólar como moneda internacionalmente aceptada.

Si queréis ver un video sobre el experimento de Milgram, he hecho un video que quizás sea de más utilidad: https://vm.tiktok.com/ZGJQnCpNB/

Los experimentos de obediencia a la autoridad de Stanley Milgram son sin duda las investigaciones más famosas en cuanto al tema de autoritarismos y la obediencia. Milgram empezó sus experimentos en 1961, poco después de que comenzara el juicio sobre Adolf Eichmann, sobre el cual Hannah Arendt escribiría un libro llamado Eichmann en Jerusalén, cuya máxima sería la banalidad del mal como el concepto que explicaba porqué gente normal y corriente comete crímenes contra la humanidad sin cuestionar la moralidad de sus actos. Así, la banalidad del mal expresa que algunos individuos actúan dentro de las reglas del sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre sus actos. A Milgram no le dejo indiferente ni el concepto ni el tema. Por eso mismo, en su libro de 1974 "Obediencia a la autoridad", planteó las reflexiones después del experimento que hizo. La pregunta de investigación: "¿Cuánto tiempo puede alguien seguir dando descargas a otra persona si se le dice que lo haga, incluso si creyera que se le pueden causar heridas graves?" Experimento: A través de un cartel colocado en una parada del autobús en Florida (Connecticut) se reclamaban voluntarios para participar en un ensayo relativo al "estudio de la memoria y el aprendizaje" en Yale. Los voluntarios que querían participar no sabían que en realidad ban a participar en una investigación sobre la obediencia a la autoridad. Los participantes eran personas de entre 20 y 50 años de edad sin importar el grado de escolarización ni estudios. Hay 3 figuras: 1. La figura de autoridad - que es el conductor del experimento 2. El participante voluntario a quién le pagan 4.50 dólares por participar y por hacer de "maestro" y 3. El "alumno" que era un actor especialmente contratado y que es un cómplice del experimento, pero eso el "maestro" no lo sabe. El experimento consistió en que un grupo de voluntarios reclutados a través de un anuncio en el periódico, debían administrar descargas eléctricas a otra persona cada vez que esa persona respondiera incorrectamente a una pregunta. Las descargas eléctricas eran ficticias, y los sujetos que las recibían en realidad actores que fingían dolor y sufrimiento, sin embargo, Milgram trataba de explorar hasta qué punto la gente estaba dispuesta a obedecer a una autoridad, incluso si esta les pedía hacer algo que consideraban inmoral o perjudicial para otra persona, algo capaz de provocarle un gran dolor e incluso la muerte: los resultados fueron alarmantes. En efecto, si el algún voluntario quería parar y no seguir con el experimento, venía la figura de la autoridad en bata blanca y le exigía que era necesario seguir con el experimento, y es justamente este punto de análisis que Milgram exploraba. La obediencia a una autoridad desconocida que exige infligir daño a otra sabiendo que el daño que se le está haciendo es grave. Milgram descubrió que más de 65% de los sujetos administraron lo que sabían que podrían ser descargas letales a un extraño inocente. Aunque las descargas eran falsas, los experimentos se consideran poco éticos hoy en día debido a la falta de divulgación adecuada, de consentimiento informado y de información posterior sobre el engaño y el trauma sufrido por los "maestros". Algunas de las conclusiones de Milgram han sido cuestionadas. Sin embargo, los experimentos y sus resultados han sido ampliamente citados por su conocimiento de la forma en que las personas responden a la autoridad.