💦💦🔥🔥𝕺𝖗𝖌í𝖆 𝖉𝖊 𝕽𝖊𝖑𝖆𝖙𝖔𝖘 𝕰𝖗ó𝖙𝖎𝖈𝖔𝖘🔥🔥💦💦

Mis labios se deslizan sobre cada miembro con destreza, acariciando la piel suave y sensible, sintiendo cómo responde a mis caricias con gemidos de puro deleite. Mis manos no se quedan atrás, explorando cada centímetro con avidez, sintiendo cómo cada roce despierta nuevas sensaciones en mi cuerpo. En este mundo de fantasía donde los límites son inexistentes, me encuentro perdida en un torbellino de sensaciones que me arrastran más allá de la razón. Cada gemido, cada suspiro, es una nota en la sinfonía de placer que llena la habitación, una invitación a perderme en el éxtasis que me rodea. Y entonces, cuando creía que no podía experimentar más placer del que ya había sentido, sucede algo maravilloso. Las pollas, que han estado liberando su placer en explosiones de éxtasis, comienzan a bañarme con su leche caliente. Siento cómo el líquido resbala por mi piel, empapándome en un rocío de placer que enciende cada fibra de mi ser. El éxtasis me envuelve por completo, llevándome más allá de cualquier límite conocido. Mis gemidos se mezclan con los de mis amantes oníricos, creando una sinfonía de pasión y deseo que llena la habitación. Cada explosión de placer me acerca más y más al borde del abismo, hasta que finalmente, con un grito de puro éxtasis, alcanzo mi propio clímax, dejándome caer en un mar de satisfacción y gratificación absoluta. En este sueño erótico, soy libre de explorar mis deseos más profundos y oscuros, sin restricciones ni inhibiciones. © Lynda

MICRORELATOS Ducha de Deseo: Entre Agujeros y Pollas Fecha: 17-May-2024 Tiempo estimado de lectura: [ 4 min. ] Sumérgete en un mundo de fantasía donde una mujer se encuentra en una ducha transformada por la pasión y el deseo. Agujeros en las paredes revelan una sucesión de pollas que la transportan a un éxtasis sin límites, explorando placeres inimaginables hasta alcanzar su propio clímax. En el misterioso reino de los sueños, me encuentro perdida en la sensualidad de una ducha ardiente. El agua caliente acaricia mi piel, mientras mi mente se sumerge en un océano de fantasía. La ducha se convierte en un escenario de deseo desenfrenado cuando, de repente, los muros revelan su secreto más íntimo: agujeros que desprenden una variedad de pollas de distintos tamaños y grosores. Mi corazón late aceleradamente por la excitación mientras mis ojos se deleitan con la visión tentadora ante mí. Una, dos, ¡hasta tres pollas deliciosas emergen, cada una prometiendo un placer único y excitante. Sin inhibiciones ni restricciones, me sumerjo en esta experiencia sin igual. Las manos se deslizan sobre mi piel, buscando complacerme en cada instante. Cada polla que se ofrece ante mí es una invitación al éxtasis, una oportunidad de satisfacer mis más profundos anhelos. Mis manos se convierten en cómplices del deseo, explorando cada centímetro de las pollas que se ofrecen ante mí. Con habilidad experta, las acaricio con suavidad al principio, sintiendo su firmeza y suavidad bajo mis dedos. Mis movimientos son deliberados, diseñados para provocar el máximo placer en mis amantes temporales. Con una mano, sostengo firmemente una de las pollas, sintiendo su pulso de excitación mientras mis dedos se deslizan por su longitud. Con la otra mano, acaricio los testículos con delicadeza, sintiendo su peso en mi palma y la textura suave de su piel. Mis labios, ansiosos por unirse al juego, encuentran su objetivo en la punta de una de las pollas, donde deposito un suave beso antes de envolverla con mi boca. Mi lengua traza círculos alrededor de la cabeza, explorando cada recoveco y sabor con curiosidad insaciable. Con cada succión, cada movimiento de mi lengua, puedo sentir cómo mis amantes responden, gimiendo de placer ante mis caricias. Sus gemidos se mezclan con los míos, creando una sinfonía de pasión y deseo que llena la habitación. En el torbellino de pasión que envuelve este sueño, las pollas se convierten en volcanes en erupción, liberando su placer en explosiones de éxtasis que me envuelven por completo. Con cada estallido, siento cómo el calor se propaga a través de mi cuerpo, encendiendo cada fibra de mi ser con una intensidad abrumadora. Las primeras explosiones salpican mis manos y mis pechos, dejando un rastro de éxtasis en su estela. Siento el líquido caliente resbalar por mi piel, empapándome en un delicioso rocío de placer. Mis labios se curvan en una sonrisa juguetona mientras disfruto del espectáculo sensorial que se desarrolla a mi alrededor. Sin embargo, cada explosión es solo el preludio de lo que está por venir. En un abrir y cerrar de ojos, una nueva polla emerge del agujero, lista para tomar el lugar de su predecesora y continuar el ciclo de placer sin fin. Es como si el universo mismo estuviera conspirando para mantenerme en un estado perpetuo de éxtasis, ofreciéndome una sucesión interminable de satisfacción carnal. Con cada nueva polla que aparece, siento cómo mi deseo se aviva aún más, alimentado por la emoción de lo desconocido. Mis manos y mi boca ansían explorar cada nueva adición, buscando descubrir los secretos que yacen detrás de cada forma y tamaño. Cada una es única, con su propio ritmo, su propia textura, su propio sabor. Me deleito en la diversidad, en la variedad que este sueño me ofrece, y me sumerjo en un océano de placer sin fin.

MICRORELATOS Corrida con la presentadora de los deportes Fecha: 26-Abr-24 Tiempo estimado de lectura: [ 2 min. ] De pronto, todo se hizo blanco, mis ojos no vieron más su cabello y su cabeza rebotando contra mi pubis. De pronto, mis ojos se quedaron en blanco, al igual que mi mente y que su boca, regada por una fabulosa corrida que, mezclada con sus últimas babas, goteó sobre mi pubis, blanqueando con sus gotas mi piel morena. Su boca no dejaba de subir y bajar por mi verga, cada vez más dura y caliente. Más dura y caliente de lo que nunca antes lo estuvo. Y no era para menos: su larga melena, negra y sedosa como una noche de primavera, rozaba mi pubis y mis huevos cada vez que su deliciosa boca descendía por el tronco de mi polla, hasta incrustarla por completo en su garganta ,hasta casi hacerla vomitar, provocando que una buena cantidad de babas resbalasen por sus labios para gotear sobre mi cuerpo. Sus labios, carnosos, dulces, cálidos y sedientos, succionaban mi verga una y otra vez, en una fabulosa danza de pasión, deseo y lujuria, con la que me hizo navegar entre nubes y estrellas. Mis manos, exploradoras y viajeras, se movían con agilidad sobre sus nalgas, ofrecidas a mi lado derecho, palmeando su fabuloso culo unas veces, y clavándole un par de dedos en el coño o en el culo otras veces, a lo que ella siempre respondía del mismo modo: Hundiendo mi polla mucho más en su boca, presionando con sus labios sobre mi verga y ahogando gritos de placer que mi polla impedían salir de su boca. Varios minutos más así, devorando mi verga, mamando mi polla, succionando mi capullo, haciendo engordar tanto las venas de mi tranca, que podía sentir cada latido de mi corazón traspasando la piel estirada y caliente de mi cipote. Mientras tanto, ella no dejó de babear, de gemir, de gritar cuanto podía y mi verga le permitía, ahora con dos de mis dedos incrustados en su culo, su admirado, deseado y dispuesto culo. Un ano húmedo y caliente, suave y dispuesto para ser profanado, para ser ocupado por un cilindro carnoso y duro. De pronto, todo se hizo blanco, mis ojos no vieron más su cabello y su cabeza rebotando contra mi pubis. De pronto, mis ojos se quedaron en blanco, al igual que mi mente y que su boca, regada por una fabulosa corrida que, mezclada con sus últimas babas, goteó sobre mi pubis, blanqueando con sus gotas mi piel morena. Poco a poco fui recuperando el resuello, y pude abrir los ojos. Busqué a mi izquierda para toparme con el mando de la tele. Volví a darle al Play. De nuevo me había vuelto a masturbar con la imagen parada en aquella presentadora de los deportes. La minifdalda y el top que hoy lucía no dejaban mucho lugar a la imaginación ¿o quizá sí? © El Escriba

Con cada respiración, con cada latido de mi corazón, me sumerjo más profundamente en el abrazo del éxtasis, dejando que su calor reconfortante me envuelva y me lleve hacia un nuevo amanecer de pasión y deseo. © Lynda

MICRORELATOS Placeres con la Almohada Fecha: 13-May-24 Tiempo estimado de lectura: [ 3 min. ] En la penumbra de la noche, me sumerjo en un mundo de fantasías lujuriosas frente al espejo con mi fiel almohada como cómplice. Mi deseo desenfrenado se desata, llevándome a un éxtasis sin límites mientras me entrego al placer de mis más profundas imaginaciones. La noche se cierne sobre mí, envolviéndome en su manto oscuro de tentación y deseo. En la penumbra de mi habitación, el suave resplandor de la luna se filtra a través de las cortinas, creando un escenario de misterio y sensualidad que aviva las llamas de mi pasión. Frente al espejo, mis ojos se encuentran con mi reflejo con una intensidad palpable, desatando una cascada de pensamientos lujuriosos que inundan mi mente. Imagino las manos de un amante recorriendo cada centímetro de mi piel, sus labios trazando senderos de fuego sobre mi cuerpo. Siento la urgencia de sus caricias, el deseo de entregarme por completo al placer que me consume. En mi fantasía más desenfrenada, me veo siendo dominada por un amante apasionado y audaz, cuyas manos expertas me exploran con un deseo insaciable. Sueño con ser tomada con fuerza, entregándome sin reservas al placer que me ofrece mi amante imaginario. Visualizo cada detalle de la escena: la sensación de ser sujetada con firmeza, el roce de los labios ardientes contra mi piel, el susurro de palabras lascivas que me incitan a entregarme por completo al éxtasis del momento. Me sumerjo en un torbellino de sensaciones intensas, dejando que la pasión me envuelva y me lleve a un reino donde solo existe el placer y la satisfacción más absoluta. Cada caricia, cada roce, despierta sensaciones eléctricas que se propagan por mi piel, avivando el fuego que arde dentro de mí. Mis dedos exploran cada curva y cada contorno con avidez, buscando el contacto que me llevará al límite del placer. Es entonces cuando mis ojos se posan en la almohada que descansa en mi cama, su suavidad tentadora llamándome con una promesa de alivio para la tensión que arde en mi interior. Sin vacilar, me acerco a ella, sintiendo el palpitar acelerado de mi corazón mientras la agarro con ansias. La tela suave se desliza entre mis dedos con una delicadeza exquisita, enviando escalofríos de anticipación por mi columna vertebral. Con un movimiento fluido, la coloco entre mis piernas abiertas, imaginando que es mi amante quien me posee con pasión desenfrenada. Mis caderas se mueven con un ritmo febril, siguiendo el compás de mis fantasías más osadas. En mi mente, me veo sometida al deseo desenfrenado de mi amante imaginario, sintiendo el agarre firme de sus manos en mi piel ardiente. Visualizo cada detalle reflejado en el espejo: el arqueo de mi espalda mientras me entrego al placer sin restricciones, el susurro de palabras seductoras que me empujan hacia el abismo del éxtasis. Pero esta vez, la imagen que me consume es aún más vívida. Me veo rodeada de pollas erectas, cada una ofreciéndome un placer distinto, cada una prometiéndome el clímax más intenso. Siento cómo la tentación se apodera de mí, cómo mi cuerpo clama por más, cómo mi deseo se convierte en una necesidad abrumadora. Cierro los ojos y me dejo llevar por la ola de sensaciones que me envuelve, entregándome por completo al placer que me consume. En el espejo, mi reflejo me observa con fascinación, reflejando el bamboleo de mis pechos con cada embestida. Mis gemidos llenan la habitación, mezclándose con el suave murmullo de la noche en una sinfonía de éxtasis y pasión. Cada movimiento, cada suspiro, me acerca más al clímax que tanto anhelo, hasta que finalmente, con un grito de puro éxtasis, me dejo llevar por la avalancha de sensaciones que me arrastra hacia un reino de pura dicha y satisfacción. Y así, en la oscuridad de la noche, encuentro la liberación que tanto anhelaba, el éxtasis que me transporta a un lugar donde solo existe el placer en su forma más pura y exquisita.

MICRORELATOS Hacer prostituta a mi esposa Fecha: 25-Mar-24 Tiempo estimado de lectura: [ 3 min. ] Relato con un poquito de realidad y resto de fantasía. REALIDAD: Mi mujer es una casada decente que solo ha follado conmigo. Pero es muy calentorra y cuando follamos y le digo que se imagine que está en un burdel follando con muchos clientes, se pone cachonda y destila mucho jugo y se corre y se le abre mucho el agujero del coño. Luego al acabar, se enfría y no da el paso. Y así llevamos ya mucho tiempo y no es cosa de seguir así. Como ella no acaba de decidirse, tomé yo la iniciativa. Hace un tiempo contacté por correo electrónico con un matrimonio liberal que se anunciaba en la web de contactos pasion.com que tienen un burdel en una ciudad cercana a las que resido, les mandé unas fotos de mi esposa desnuda (con cara pixelada) preguntándoles si estarían dispuestos a ayudarme a prostituir a mi mujer y que trabajara para ellos. El marido contestó rápidamente y me dijo que estaban interesados y encantados en hacerla zorra, y me preguntó qué hacía. En otro correo le respondí que conmigo solo hacía pajas, vaginal, 69, mamada con corrida en boca aunque no se tragaba toda la leche y que anal no porque ella era reacia a que le metiera la polla porque su culo estaba muy cerrado y siempre me decía que le haría daño. Pasados unos días recibí nuevo correo del matrimonio del burdel diciéndome que cuando quisiéramos podríamos ir a su casa para conocernos y ver a mi esposa desnuda y follarla. También me dijo que lo de no tragar toda la leche ya lo irían arreglando ellos y que el culo cerrado no era problema, que para eso él tenía la solución. Y para explicarnos como funcionaba su casa y lo de los contactos con clientes. En mi correo de respuesta, también comenté con el marido que tendrían que ocuparse de hacerla un putón de cuidado dejando de ser mi decente esposa para ser una casada prostituta. Y como premio él estrenaría su culo cerrado. De esa forma oficializaríamos el cambio de decente esposa a puta. Yo le estrené el coño como mujer decente, y el dueño del burdel le estrenaría el culo como prostituta. Y le pedí que lo grabaran todo en video para llevármelo de recuerdo y poderlo ver en casa cada vez que me apeteciera. Recibí respuesta el mismo día con un mensaje escueto: todo ok, sin problema grabar video y que te lleves copia. Venid próximo viernes por la tarde. Esa noche, mientras me mamaba la polla, le dije a mi esposa que le había concertado una entrevista en una casa de putas. Ella se puso muy nerviosa, paró de mamarme y mosqueada me dijo que no quería ir. Le insistí un poco y le dije que ir a la entrevista del burdel era como cuando iba a la revisión del ginecólogo, que en los dos sitios tenía que abrirse de piernas y le tocan el coño y las tetas, pero que en el burdel, en vez de una exploración mamaria y una exploración de la vagina con introducción de dedos y espéculos, le sobarían las tetas y le meterían consoladores y polla en su coño. Y acabo diciendo que ya veríamos llegado el día. Lo bueno es que, a pesar de estar mosqueada, siguió con la mamada y acabé corriéndome en su boca. No llegué a concretar más con el del burdel, debido a imprevistos surgidos por sucesos familiares, que tuvieron ocupada a mi mujer una temporada. FANTASÍA: Ahora que no está ocupada, me pondré en contacto con el matrimonio para reactivar el plan. Espero que sigan interesados y si todo sale como comenté con ellos, el marido le abrirá el culo a mi mujer en la entrevista y luego la emputecerá y adiestrará para el trabajo de prostituta con la ayuda de su mujer. Y para complacerme a mí, que la obliguen a estar siempre completamente desnuda y que de esta guisa vaya a abrir la puerta cuando llamen al timbre los clientes. Mi esposa con lo que va a alucinar seguro es con la sorpresa que le aguarda como puta. Comentaré con el dueño del burdel que tras la prueba y el adiestramiento como puta, haga coincidir su primer día de trabajo como puta profesional y atender clientes con el aniversario de nuestra boda.

Yo le diré la fecha y que ellos insistan en que empiece a trabajar ese mismo día (se supone que sería un día elegido al azar o que les viene bien a ellos) y que no le acepten ninguna excusa de que ese día no puede ser. Que sean firmes. Y así dejaríamos de celebrar monótonos y repetitivos aniversarios de boda, para celebrar, por lo menos ella, aniversarios de prostituta, que seguro son más entretenidos y con más carga sexual. Todos los años para celebrar nuestro aniversario hacemos un viaje y a ver que excusa se inventa mi mujer para no querer hacer el próximo viaje de aniversario. A ver por donde me sale. © Felix